No tiene sentido, no señor.

Sospecho que todo se basa en tirar y en aflojar, en querer y no poder, en orgullo y en humildad. Y la palabra nosotros ya no me suena bien. Porque tu y yo, ya no tiene común denominador, ni siquiera esta en el mismo registro lingüístico.

Supongo que se acabo.

Y todo son suposiciones, sospechas, porque comienzo a ser una paranoica insegura; gracias ti. A tus jodidas tomaduras de pelo, a tus jodidos insultos de mierda; no sabes nada de mí, no sabes cuanto eres capaz de hacerme daño.

No entiendes, no le puedes decir a una anoréxica que esta gorda, ni a alguien que se ha pasado días enteros en silencio que su voz es fea, ni a alguien que odia sus manos que tiene dedos amorfos, ni a alguien que solo tiene su imaginación que es poco…, bah ni recuerdo la palabra, ni a alguien que se ha criado casi sola que es una mimada, ni a alguien que ha pasado lo que yo que todavía es una niña.

Porque no puedes, porque me hundes en la miseria.

Porque tú y yo sabemos, que ni soy fuerte, ni estoy buena ni ninguna de esas ostias.

Pero que me lo digas, me hunde. Así de fácil, así de simple y a la vez tan podidamente complicado de decirlo.

Mejor dicho, decirtelo.